La transformación digital es un fenómeno con vida propia, que se retroalimenta y permanece en constante avance, abarcando todos los sectores y adoptando ilimitadas posibilidades. No se trata de una moda, sino de una realidad que obliga a las empresas a reinventarse y a cambiar sus métodos para adaptarse a la nueva era digital que introduce nuevos modelos de gestión.
No cabe duda de que esta vertiginosa transformación ha sorprendido a la mayoría de las empresas, que incapaces de asimilar las infinitas posibilidades tecnológicas, terminan perdidas en el universo tecnológico que se exhibe frente a ellas. Y es que la transformación digital es un término demasiado global para poder establecer unos riesgos comunes a todos los ámbitos en los que opera.
En lo que al ámbito empresarial de la gestión de Recursos Humanos se refiere, se han difundido falsos mitos sobre la transformación digital, que nos parece oportuno desvirtuar en este post.
Amenazas en materia de seguridad
No es de extrañar que la mayoría de las empresas hayan iniciado con desmesurada cautela su transformación digital en el ámbito de la gestión interna, hasta el punto de que algunas se encuentren en un estado permanente de transformación que provoca en sí mismo un efecto estancamientodiametralmente contrario al que inicialmente buscaban.
La causa no es otra que el miedo, en gran medida suscitado por el llamado fear based marketing o marketing del miedo, que ha sido utilizado en las redes como una potente herramienta para influir en la conducta de los empresarios, bajo la amenaza del riesgo de ataques a la ciberseguridad.
Si bien, la transformación digital empresarial entraña importantes peligros, los mayores riesgos se dan principalmente en las transacciones B2C o B2B, realizadas con terceros, ajenos al ámbito interno de la empresa.
Sin embargo, el proceso de transformación digital desarrollado dentro de la empresa, con el fin de ser utilizado únicamente por los sujetos laboral o profesionalmente vinculados a ésta, no tiene por qué revestir mayores peligros que los propios de cualquier relación empresarial. Con todo y con esto, una comparativa global nos indica que son mayores los beneficios que los riesgos.
Excesiva inversión en tiempo y dedicación
La transformación digital es en la actualidad no sólo importante, sino imprescindible. Nadie pone en duda que la progresiva transformación digital en el Departamento de Recursos Humanos requiere de una importante inversión inicial de recursos traducida en tiempo y dedicación. Pero no es menos cierto, que con ello se maximiza el rendimiento y se minimiza el trabajo. La clave está en encontrar el activo adecuado. Lo importante para maximizar los recursos es encontrar las herramientas tecnológicas acordes con las necesidades.
La transformación digital en el área de RRHH siempre va a implicar un desarrollo tecnológico inicial cuyos efectos positivos se verán reflejados a largo plazo, aportando fiabilidad, efectividad y celeridad en la gestión diaria del recurso más complejo y heterogéneo del que dispone la empresa: su personal.
Pérdida de control de la información
Los avances tecnológicos han supuesto una plena revolución de los datos, de manera que circulan descontroladamente por las redes sin que en ocasiones se sepa a ciencia cierta dónde finalmente van a parar. Quienes tienen acceso a esos datos disponen de algo extraordinariamente valioso.
Sin embargo, esta incontrolable situación no se produce en el área interna empresarial, ni concretamente en el Departamento de Recursos Humanos. Hay que tener en cuenta que las redes corporativas están restringidas a los miembros de la corporación, que por su condición de empleados tienen el deber de guardar la más estricta confidencialidad.
En pocas palabras, los datos de tráfico y el flujo de información producidos dentro de la red corporativa empresarial, y concretamente en el ámbito de los RRHH, no sólo están absolutamente controlados por la empresa, sino que quedan perfectamente registrados y archivados, lo que contribuye a eliminar la posiblidad de pérdida involuntaria de los mismos.
Irrenunciabilidad del derecho a la privacidad de las comunicaciones
Partiendo de la base de que una red interna corporativa, para el ámbito empresarial, no es el foro adecuado para las comunicaciones personales, podemos concluir que en el área de los RRHH, el ejercicio del derecho a la privacidad de las comunicaciones depende únicamente del titular de los mismos y de la información que decide difundir. Si bien es obvio que para la efectiva gestión laboral se precisan de datos de carácter personal, no es menos cierto que esos datos deben ser únicamente los estrictamente necesarios, y no se pueden requerir aquellos que resulten excesivos.
El empleado debe ser informado por la empresa del uso estrictamente laboral de las herramientas tecnológicas, siendo por tanto de carácter profesional el contenido de las comunicaciones.
No es por tanto cierto que las tecnologías aplicadas a la empresa resten privacidad ni a nuestros datos ni a nuestras comunicaciones, ni mucho menos que los empleados deban renunciar a su derecho a la privacidad de las comunicaciones.
Última tecnología = Coste desproporcionado
No siempre la transformación digital representa para la empresa un coste desmesurado. Si el proceso se lleva a cabo con sentido común y responsabilidad, teniendo en cuenta la magnitud de la inversión y la necesidad de los cambios, el coste siempre será proporcional al rendimiento conseguido. Lo importante es valorar el coste y su beneficio. La mayoría de las organizaciones carecen de recursos o capacidad para acometer más de dos o tres grandes cambios tecnológicos. Por ello es importante planificar una progresiva implantación que, además, favorezca la adaptación de los sujetos implicados, y priorizar aquellos que maximicen el rendimiento empresarial. En este sentido, implantar una red interna corporativa como canal principal de comunicación es una medida tecnológica que requiere una inversión razonable y que aporta beneficios inmediatos en productividad y rendimiento.
Concluyendo, no debemos tener miedo a la transformación digital dentro del ámbito empresarial. Es necesario adaptarse al cambio, por desmesurado que éste se nos ofrezca. Parafraseando un proverbio chino:
“Cuanto más grande es el caos, más cerca está la solución”